El teatro es vida y, como tal, necesita de aprendizaje. Aprender desde el teatro es fundamental no solo para los estudiantes, sino también, para aquellos que ejercemos esta noble profesión de maestros. Educarnos desde el teatro para luego llevar estos aprendizajes a las aulas debiera ser un imperativo en nuestra formación como docentes, pues nos brinda las herramientas principales para educar al estudiante en la posibilidad expresar, comunicar y conectar con aquellas personas con quienes interactúa y convive a diario.


Por ello, quiero agradecer al Gran Teatro Nacional que, mediante el Programa Formación de Públicos, ha puesto a disposición del docente contenidos y herramientas necesarias para llevar a cabo la misión de enseñar con el teatro y desde el teatro, incluso en los años de pandemia. Conocer cómo funciona el teatro a través de Las visitas guiadas y aprender de este arte mediante la Funciones didácticas han sido experiencias de aprendizaje sublimes para mis estudiantes.


Rosmery y El Libertador, Imagina Shakespeare y Barro fueron algunas de las funciones que mis estudiantes pudieron visualizar. Esto les permitió conocer la historia de sus protagonistas, reflexionar y aprender de sus historias, decisiones, experiencias, ambiciones, flaquezas… sus vidas; que en suma es lo que enseña el teatro: aprender desde la vida de los otros. Un aprendizaje que le permita construir una sociedad más tolerante, reflexiva y culta.