"Me desperté con el ruido del violín de Chaska, pero solo quería llorar…sentía que mi mamá estaba en esas melodías tristes.”

 

"Palabras conmovedoras de Danilo, frente a dicha escena. Como hija de un músico y docente, me llegó al corazón no solo la trama sino la movilización de las emociones de la Función didáctica: 'Chaska, los violines y yo'. ¿Cómo no compartirla con la comunidad educativa y los estudiantes escobarinos?  El regreso a la presencialidad, nos ha enfrentado a nuevos escenarios. Y se hizo necesario atender las necesidades socioemocionales de nuestros estudiantes. Mis estudiantes de 2do grado, se conmovieron con las escenas y lograron expresar sus sentimientos guardados por la pandemia. Incluso aplicar este proyecto de forma institucional, permitió que todos los agentes de la Escuela se sientan identificados con la obra y participen activamente de la responsabilidad de atender la salud mental de nosotros mismos, de los padres de familia y estudiantes en general. ¡Hemos disfrutado de esta experiencia de aprendizaje de manera colaborativa y en familia!

 

Por otro lado, con mis estudiantes de tercer grado de secundaria, disfrutamos de la Función didáctica 'Barro', gracias a esta propuesta de aprendizaje, ellos comenzaron a ver a la comunidad escolar como una sola familia, sintiéndose parte de esta, respetando y valorando la diversidad cultural de nuestro país y escuela. Participar de esta experiencia, de manera institucional, fue el primer paso para atender las habilidades sociales – comunicativas de nuestros estudiantes y adaptarnos a este nuevo escenario de la presencialidad. 

 

¡Muchas gracias al Programa de Formación de Públicos por permitirnos disfrutar de ambas experiencias inolvidables!"